6 de marzo de 2014

El difícil camino hacia el óvulo
El camino hacia el óvulo constituye todo un reto para los pequeños espermatozoides. Aquellos que no se pierden en el camino y logran acceder a las trompas de Falopio, donde se encuentra el gameto femenino, deben ser capaces de atravesar una densa mucosa con una consistencia parecida a la gelatina y que contiene células dispersas.
Todo este campo de obstáculos garantiza que solo los espermatozoides más resistentes lleguen hasta el óvulo. No obstante, la ciencia ha descubierto que el esfuerzo de los espermatozoides por sí solos no es suficiente, y necesitan de la ayuda de una hormona para poder avanzar correctamente: la progesterona.


¿Cómo actúa la progesterona?
Esta hormona, que es segregada por las células que rodean al óvulo, son capaces de atraer a los espermatozoides hacia este, indicándoles de esta forma el camino con una señal química muy específica que estos reconocen. Pero no solo sirve de guía, sino que también les da un impulso energético considerable y que al parecer es crucial para que estos puedan desarrollar la fuerza necesaria para completar su camino.

El mecanismo es el siguiente: cuando los espermatozoides se acercan a las proximidades del óvulo, la liberación de la progesterona, que es una hormona esteroidea, hace que se activen unos canales iónicos que se encuentran en la cola de los espermatozoides y que reciben el nombre de CatSper. Esto provoca que comience un influjo de iones de calcio hacia el interior de las células, el cual se ha visto que produce un aumento considerable de la actividad de las mismas, dándoles la fuerza necesaria para atravesar los últimos obstáculos.

Potencialidades en la medicina y la farmacología
El descubrimiento de los canales CatSper en los espermatozoides tiene implicaciones no solo en la mejor comprensión de cómo se produce el fenómeno de la fecundación, sino también en campos de la medicina y la farmacología. Se plantea que muchos de los problemas de infertilidad podrían deberse precisamente a defectos en la detección de la progesterona por parte de los espermatozoides, lo cual no solo impediría que se orientaran correctamente hacia el óvulo, sino que incluso de poder hacerlo, si existiera algún problema con estos canales de calcio, estos no obtendrían la energía necesaria para acceder a él. Teniendo en cuenta esto, se podrían desarrollar terapias más efectivas contra la infertilidad.

Muy prometedor también es el posible uso para desarrollar anticonceptivos, pues de descubrirse algún compuesto capaz de bloquear solamente estos canales, se convertiría seguramente en el anticonceptivo ideal, ya que los espermatozoides son las únicas células que los presentan, por lo que muy probablemente los efectos secundarios serían mínimos, a diferencia de la mayoría de los que existen en la actualidad.