Meditación
Si bien esta práctica puede variar de persona en persona, en general envuelve un ambiente calmado, respiración profunda y un estado mental de calma. Aunque no creas en que la meditación te pueda llevar a un estado de unión con Dios, lo cierto es que la relajación tiene un montón de beneficios para aumentar la inteligencia: las resonancias magnéticas han comprobado que la meditación regular puede generar cambios en el cerebro, mejorar la memoria, la capacidad de atención y puede aumentar ciertas partes de la corteza cerebral.
Ejercitar el cerebro
El cerebro también necesita ejercicio regular para funcionar correctamente y mantener la vitalidad. Los puzzles, sudokus y juegos basados en palabras o números son ideales para mantener el cerebro siempre en forma. También los ejercicios matemáticos y geométricos, leer o incluso lavarse los dientes con la mano contraria. Divertirse es una forma de ser más inteligente, al parecer.
Dormir
El cerebro no se apaga para repararse mientras dormimos, pero sí es cierto que tiene un momento en el que se encarga de “poner en orden” las cosas que han sucedido durante el día. La falta de sueño puede dar a lugar a problemas cerebrales, por lo que una buena noche de sueño puede aumentar las funciones cerebrales y la capacidad de concentración. Lo ideal son entre 6 y 8 horas de sueño.
Cuidar tu cuerpo
El cuerpo humano está conectado entre sí, por lo que si cuidas una parte obtendrás beneficios en el resto. El ejercicio físico es bueno para la salud, incluso la mental, ya que una mejor circulación sanguínea permite que llegue más oxígeno y glucosa al cerebro. La alimentación también es fundamental: hay muchos alimentos relacionados con la salud cerebral como el pescado, los huevos, las proteínas y los vegetales verdes, así como también los tés de hierbas y los frutos secos.
Ingerir bacterias
Sí, como lo oyes: ingerir bacterias te puede hacer más inteligente. ¿Por qué? Algunos tipos de bacterias del suelo pueden reducir la ansiedad y aumentar la capacidad de aprendizaje cuando se ingieren o inhalan. Estas bacterias pueden aumentar el crecimiento neuronal y los niveles de serotonina.