9 de octubre de 2013

En 1972, una pareja de biólogos descubrió a este galápago endémico en Las Islas Galápagos  la alegría que lleno a estos biólogos fue inmensa ya que se creía que esta especie (Chelonoidis abingdoni) estaba extinta, pero inmediatamente la preocupación llego después  cuando notaron que el único individuo que existía de su especie, por eso su nombre, El Solitario George.




Dado que no podía dejar descendientes, la comunidad científica intento por todos los medios lograr que este especie se reprodujera. El Solitario George fue trasladado a la Estación Científica Charles Darwin y fue juntado con dos hembras de una especie filogenéticamente muy similar, Chelonoidis becki, con la esperanza de que lograra conseguir aparearse y así dejar descendientes. La única intención de los científicos era preservar los genes del Solitario George.


Los intentos por conservar los genes de esta especie eran fallidos, incluso después que el galápago logro copular con las hembras y estas comenzaron a anidar y a poner sus huevos, para sorpresa y mayor frustración todos los huevos eran estériles  En el 2012, 24 de junio, el Solitario George murió tras sufrir un paro cardíaco, se estimaba que tenia una edad de 100 años.



Después de la muerte de este ejemplar, se tenia claro que la especie había llegado a su fin, pero recientemente la Dirección del Parque de las islas Galápagos reveló el descubrimiento de nueve (9) hembras, tres (3) machos y cinco (5) jóvenes, todos híbridos que portaban el gen de la especie del Solitario George.

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