16 de octubre de 2013

Es de lo más curioso que un mosquito no pique a todas las personas por igual. A veces alguien termina la noche con las piernas llenas de ronchas y su compañero inmediato no se lleva ni una sola lesión. Tamaña injusticia nos hace preguntarnos muchas cosas, ¿qué tan inteligentes son estos diabólicos animales? ¿Por qué prefieren a algunas personas más que a otras? ¿Cómo elige un mosquito a su víctima?


Es sabido que las hembras son las que pican y lo hacen porque la sangre humana ayuda a producir sus huevos. Los científicos han encontrado que los mosquitos, entre otras cosas, huelen las sustancias que emite el cuerpo humano desde grandes distancias.

Cuando las personas tienen concentraciones altas de esteroides o colesterol en la superficie de la piel, los mosquitos pululan a su alrededor. No necesariamente porque se alimenten de estos compuestos, sino porque puede que sean más eficientes procesando los mismos. También se sienten atraídos por las personas que producen mucho ácido (por ejemplo ácido úrico), sustancias fuertes que estimulan sus olfatos. La sustancia que mejor identifican los mosquitos es el dióxido de carbono, por excelencia.

Mientras más dióxido de carbono emita una persona, el mosquito mejor identificará al individuo como una fuente de sangre fresca. Como la emisión de dióxido de carbono aumenta con la edad, los mosquitos escogen a las personas mayores con predilección. Las embarazadas producen cantidades anormales de esta sustancia y también son de sus víctimas favoritas.

Otros elementos que atraen a los mosquitos son el movimiento y el calor. Cuando las personas hacen ejercicios, estos insectos detectan que se están moviendo y se dirigen hacia ellas. Por otra parte, el olor a dióxido de carbono de la respiración agitada convierte a la gente en blancos absolutos, simultáneamente al ácido láctico que se segrega al sudar.