17 de octubre de 2013

Cuando se entretiene con una película de contenido sexual explícito, el flujo de sangre parecería desviarse de estas regiones, probablemente hacia zonas inferiores, más bien involucradas con el proceso de excitación. Varios de estos aspectos fueron analizados por el investigador y neurólogo Dr.Gert Holstege, de la Central Médica de la Universidad de Groningen, en Holanda. Allí se llevó a cabo una serie de experiencias con una docena de mujeres para analizar la situación.


En el momento que se analizaban los cerebros con tomografías por emisión de positrones, los investigadores les mostraron 3 vídeos diferentes a cada participante. Uno de un documental sobre la vida marina en el Caribe y otros dos de contenido sexual: uno con escenas de estimulación manual y de una carga erótica no muy intensa y otra de alto contenido explícito, incluyendo coito vaginal y sexo oral. Al culminar el estudio y analizarse los resultados, se determinó que durante la última película, el cerebro se focalizó en la excitación, disminuyendo considerablemente el flujo de sangre a la corteza visual primaria.



Mientras crees estar relajado y simplemente viendo una película, esta actividad involucra un intenso trabajo relacionado con la visión y los procesos cerebrales, ya que, entre otras cosas, se debe enviar un flujo de sangre extra a las zonas del cerebro involucradas en dicho proceso. Pero lo cierto es que, por otro lado, ver películas pornográficas disminuye el trabajo en las partes del cerebro relacionadas con la percepción y la interpretación de los estímulos visuales.

Mediante un escaneo cerebral de la corteza visual primaria de 12 saludables mujeres heterosexuales y pre-menopáusicas, el Dr. Holstege analizó cada una de las participantes bajo un régimen de control con anticonceptivos hormonales. De esta forma logró eliminar cualquier posible cambio en los deseos sexuales y la excitación, relacionado con los ciclos menstruales.

Se estaría produciendo así el mismo efecto que se produce cuando a una persona se le pregunta sobre algo que no requiere del sentido de la vista, como por ejemplo recordar una palabra o algo similar, en contraposición a lo que normalmente ocurre frente a cualquier actividad que incluya la visión (como ver una película estándar), donde un flujo de sangre extra se envía a esta región del cerebro. Básicamente, mientras se ve pornografía el cerebro considera más importante la excitación que los procesos de visualización.