17 de octubre de 2013

Estudios afirman que la infidelidad evidentemente viene ligada a los genes, aunque hay algunas diferencias claras entre hombres y mujeres y no se puede decir con claridad el porqué de esto. 
El gen DRD4 se le conoce como el gen de la infidelidad, y si bien no significa que las personas que no lo tengan serán fieles, sí está claro que están más predispuestos a “poner los cuernos”. Según los estudios científicos, se testearon a 180 hombres y mujeres por este gen que aumenta los niveles de dopamina en el cerebro.

Un cuarto o más de las personas que lo tenían eran infieles, y cuando lo hacían era algo de más de una noche. Una variante en este gen hace que las personas sean más propensas a la infidelidad, basándose en un sistema de placer y recompensa donde actúa la dopamina.

Además, los estudios demuestran que una persona puede estar comprometida con su pareja pero aún así querer engañarla, y que las personas con esta mutación suelen tener puntos de vista sobre la vida en general mucho más liberales, y se ven más influenciados por las personas que tienen a su alrededor.

Diversos estudios han demostrado que hay diferencias entre la infidelidad de hombres y mujeres. Por un lado, las mujeres tienden a engañar durante la parte más fértil de su ciclo, pero solo cuando su pareja es menos atractivo sexualmente que otros hombres. La excepción se da en aquellas mujeres que tienen como pareja a un hombre extremadamente atractivo.

Aunque resulte curioso a primera vista, los hombres son más hábiles a la hora de detectar una infidelidad. Si lo pensamos más detenidamente, es algo totalmente lógico, ya que es una buena forma de saber si la mujer tiene en su vientre un hijo suyo. Esto está programado en el código genético.

Por otra parte, la infidelidad en un hombre no está relacionada con una mala relación de pareja, mientras que en una mujer significa insatisfacción en la mayoría de los casos. Los hombres suelen ser infieles si se les cruza una mujer atractiva por delante y tienen la oportunidad; las mujeres porque algo funciona mal en la pareja, o porque su novio/marido le ha sido infiel anteriormente.